Opinión: La Era Icfes

Responder preguntas del carácter epistemológico y analítico del ICFES a toda hora, un ABCD al que muchos nos hemos acostumbrado y para algunos el mayor esplendor intelectual por entender gracias a simulacros y pruebas todo lo incomprendido durante el bachillerato es a lo que denomino la Era ICFES (o mejor Era Saber 11) que le sucede solamente a esas personas que soñamos con obtener un excelente puntaje en las Pruebas de Estado.

La presentación del examen de estado Icfes Saber 11 es un requisito obligatorio para el ingreso a la educación superior.

Esta era, como una de las tantas que comprende en su conjunto la adolescencia (incluida en el campo de la Psicología Evolutiva) es un segmento de vida en el que tendemos (por lo menos yo) a obsesionarnos por resolver preguntas todo el tiempo, incluso en las redes sociales (sobre todo en Facebook) y hasta altas horas de la noche con tal de que estemos satisfechos de que acertamos en las respuestas y a veces llegamos a la presunción de que somos excluidos del error en los resultados.

Es la era en la cual – por no sentirnos frustrados de no responder – tenemos en nuestra mente la obligación de responder esa duda si nuestro conocimiento concuerda con los requerimientos de la respuesta más adecuada y si la voluntad nos permite investigamos sin cesar hasta escoger esa opción.

Gastamos papel hasta que las operaciones sean coherentes con las opciones y marcamos la respuesta. Descargamos donde encontremos multitud de pruebas que refuercen nuestra preparación. Nos encariñamos con los cuadernillos de los simulacros. Nuestro mayor sufrimiento es cuando se pierde la conexión de internet justo cuando ya respondimos las preguntas de los famosos simulacros online o en su defecto, en pdf y esperamos ansiosos nuestro puntaje.

Nuestra pasión por resolver y ayudar a otro en sus dudas acerca de las posibles preguntas de esta prueba nos lleva a alejarnos de nuestros parientes y amigos más cercanos (que incluso nos reprochan de perder tiempo) mientras pasamos horas frente al computador no simplemente leyendo las preguntas, sino incluso debatiendo y argumentando las respuestas, que a mi perspectiva me parece más educativo y divertido que limitarse a marcar una respuesta que la dicta el que publica las preguntas.

¡Apague ese computador! ¡ Présteselo a su hermanito que va a hacer una tarea!!,¡Deje de estar metido en eso y salga a jugar una rato!, ¡Usted está obsesionado con eso del ICFES! Y demás actitudes de rechazo por parte de “externos” – Por ahora no ocupan tanto nuestra atención – de nuestra afición se vuelven comunes pero sabemos que hay un benévolo propósito que justifica nuestro actuar.

Sólo cuando se despliega la página de los resultados y vemos un puesto de uno o dos dígitos entonces sentimos una sensación de que valió la pena lo que hicimos y la euforia nos acapara. La Era ICFES se acaba y muchos anhelamos estar en ese pasado unidos por la red, expresándonos ese sentimiento de igualdad de condición o de sufrimiento de malos resultados en pruebas de estado pasadas. Sin embargo no faltan los que somos amnésicos de ese triunfo e incluso seguimos estudiando ya como hobby.

Escribí este pequeño escrito con el propósito de darnos cuenta de esa actitud a la que no condeno en absoluto porque simplemente tiene como fin el conocimiento, porque también la viví antes de ingresar a la universidad y porqué no, compartir a los cibernautas que muchos otros también viven y sienten la Era ICFES.

Artículo enviado por @JFernandoGRS para El Blog de la Nacho.